Este Lunes Santo, Valledupar celebró con fervor la festividad de su patrono, el Santo Ecce Homo, en una jornada que combinó liturgia, procesiones y manifestaciones de fe. La actividad inició con una eucaristía en la iglesia Inmaculada Concepción, seguida de una procesión matutina y una serie de misas celebradas cada hora.
Las principales calles y avenidas de la capital del Cesar se llenaron de devotos que acudieron a venerar la imagen, pedir favores o agradecer por gracias concedidas. El punto culminante fue el tradicional encuentro del Santo Ecce Homo con su pueblo en la plaza Alfonso López, que este año cerró con un concierto de música sacra.
La leyenda del tallador misterioso
La historia del Ecce Homo se remonta a los orígenes de Valledupar, cuando este era un pequeño caserío llamado Los Santos Reyes. Según relata el sacerdote James Romero en su libro ‘Diócesis de Valledupar: fe, cultura e historia’, un hombre de tez morena llegó al pueblo afirmando que Dios lo había enviado para tallar una imagen de Jesús flagelado, prometiendo que esta protegería a la ciudad de tormentas y calamidades.
El desconocido pidió trabajar en completo aislamiento en la sacristía, alimentándose solo de pan y agua. Los pobladores respetaron su petición, pero al no escuchar más ruidos el Domingo de Ramos, forzaron la puerta y encontraron la imagen terminada, sin rastro del tallador. Desde entonces, se considera que el artista era el mismo Cristo, quien dejó una oración oculta en la escultura, revelada solo a sus devotos más fervientes.
La ruta de la fe: Rincón Hondo y el «sudor milagroso»
La leyenda cuenta que el misterioso tallador pasó por Rincón Hondo (Cesar), dejando huellas en una piedra del cerro ‘Las Chivas’ o ‘El Ermitaño’. Hoy, esta población también celebra al Ecce Homo con peregrinaciones y eucaristías durante Semana Santa.
Uno de los fenómenos que más asombra a los creyentes es el “sudor milagroso” de la imagen. Según testimonios históricos y contemporáneos, el santo exuda un líquido al que se atribuyen curaciones y milagros. “Muchos fieles pasan pañuelos o algodones por la imagen, creyendo que su sudor trae sanación”, explicó el Vicario General de la Diócesis de Valledupar.
Milagros y protección divina
El padre Romero compartió un suceso reciente: un devoto aseguró que el santo le advirtió que no saliera en procesión ese día. Pese a la advertencia, el sacerdote insistió, pero un fuerte aguacero obligó a suspender la marcha. “Fue la procesión más rápida de la historia”, relató el testigo.
Además, el religioso destacó que “hay milagros constatados”, desde sanaciones hasta protecciones contra catástrofes. “Lo que vivimos el Lunes Santo es un pueblo que alaba a Cristo, agradecido por tantas bendiciones”, afirmó.
Ecce Homo: “He aquí el hombre”
La frase “Ecce Homo” (en latín, “He aquí el hombre”) fue pronunciada por Poncio Pilato al presentar a Jesús antes de su crucifixión. Para los valdupatenses, esta imagen representa al Cristo sufriente que protege la ciudad. “Sentimos que él nos cuida. Cada año, venimos a darle gracias”, concluyó Romero.
Sin duda, la devoción al Santo Ecce Homo trasciende lo religioso: es un símbolo de identidad, fe y esperanza para el Cesar.