Fueron solo seis meses… ¡pero qué meses! Óscar Cortés aparecía en enero como un prospecto de solución ante la venta de Andrés Gómez en Millonarios y de repente fue la estrella de la Selección Colombia Sub-20 en el Sudamericano, el jugador revelación de la Liga Betplay, el hombre más influyente del ataque nacional en el Mundial de Argentina, el centro de todas las miradas.
Según las últimas versiones de prensa, terminará este semestre de locura firmando su primer contrato internacional, nada menos que con Lens de Francia, el segundo mejor equipo de la Ligue 1 -a un solo punto de PSG- y el que estará involucrado en la siguiente temporada en la Champions League.
¡Y todo apenas a los 19 años! Miles de futbolistas sueñan con lo que Cortés ha hecho casi en un pestañeo. Él mismo, en su figura menuda, no tiene manera de procesarlo porque, para completar su fortuna, a esta hora está ya a órdenes de Néstor Lorenzo en su primera convocatoria a una selección mayor. Difícil aterrizar cuando cada cosa que pasa es mejor que la anterior.
Vale decir que todo, absolutamente todo lo que le ha ocurrido se lo ganó a pulso. A fuerza de talento, de sacrificio, de ambición y personalidad en la cancha se convirtió en el atacante que todos en la Liga envidian, un hombre con una temporada rotunda en materia de rendimiento: 13 goles, 5 asistencias, 57 pases clave en 32 partidos y una calificación que siempre superó los 7 puntos, tocando a veces, como contra Eslovaquia en el Mundial Sub-20, los 9,8.
Pero aquí viene la duda: en esa Copa Mundo, en la que se esperaba un lucimiento mucho mayor, pareció muy fuera del circuito ofensivo que antes siempre giró alrededor suyo. Y de regreso a Millonarios, con el que solo jugó 672 minutos en Liga (por sus permanentes ausencias en Selección, que motivaron una disputa con la FCF al no querer prestarlo para el Mundial), empezó a acusar cansancio progresivamente, pues en Copa Sudamericana su puntería fue cayendo del 83 por ciento en la Sub-20 a 37 por ciento de azul, mientras en el último partido contra Boyacá Chicó (2-1) apenas tuvo 3 tímidos intentos al arco en 90 minutos y ningún gol.
¿Está cansado Cortés? Pero si tiene solo 19 años, dirán algunos. Y sí. Pero es una importante cantidad de partidos y una expectativa gigante, que suma presión, y eso cansa al joven y al veterano.
Por mucho que lo extrañe Millonarios, justo ahora que debe jugarse la vida para clasificarse a la final de la Liga, parece que la pausa de la Selección Colombia podría venir bien: un respiro, un roce con los que ya conocen la carga que el chico tiene encima, un alivio antes del envión final, que la afición de Millonarios espera sea el título número 16, parece oportuno. Él sabe que sus números bajaron, pero parte de su proceso es aprender a llevarlo, a administrar su cansancio, a recuperarse. Sigue siendo el hombre revelación. Ahora el enemigo es el agotamiento.
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