Lo que el Junior no pudo igualar para fichar a James

La decisión de James Rodríguez de elegir una mejor oferta para continuar su carrera tras su salida del Rayo Vallecano sigue siendo tema de debate en el mundo del fútbol. El mediocampista colombiano, que quedó libre después de no encontrar continuidad en España, desató una avalancha de especulaciones y rumores en Argentina, Colombia y México, debido a su destacada actuación con la Selección Colombia en las Eliminatorias al Mundial 2024 y su reciente título como MVP de la Copa América 2024.

Finalmente, después de muchas especulaciones, llegaron dos ofertas concretas: una de Junior de Barranquilla y otra del Club León de México. Aunque ambas propuestas ofrecían condiciones atractivas, la diferencia clave en la elección de James no fue solo deportiva, sino principalmente económica.

El factor económico

Ambas ofertas le ofrecían las garantías deportivas que James buscaba, prometiéndole un espacio importante dentro del esquema de juego. El Junior, en particular, apostaba por ofrecerle un equipo adaptado a sus características, similar a lo que experimenta en la selección nacional, con el objetivo de potenciar su rendimiento y asegurar un lugar en el Mundial de 2026. Sin embargo, lo que terminó inclinando la balanza fue la diferencia en las condiciones económicas, según la periodista Melissa Martínez.

Martínez detalló en sus redes sociales que las cifras de las ofertas fueron decisivas: «2 millones y un poco más de Junior vs casi 4 de León». A esto se suman otros factores como impuestos y la rescisión con el Rayo Vallecano. Según cálculos, James tendría que pagar 650 mil dólares por impuestos al patrimonio en Colombia y 300 mil dólares al Rayo por la rescisión de su contrato.

El ‘negocio’ que no pudo igualar Junior

A pesar de que Junior accedió a todas las exigencias de James, incluyendo un equipo de escoltas, ingresos libres de impuestos y otros privilegios, el club barranquillero no pudo igualar la propuesta económica de León. Esto resultó ser el factor decisivo para el jugador, quien optó por una oferta casi el doble de lo que Junior podía ofrecerle.

En Barranquilla circuló información sobre los detalles de las negociaciones, y aunque algunos señalaron que las «formas» no fueron adecuadas para algunos directivos del club, lo cierto es que el negocio no se concretó. Don Fuad Char, presidente de Junior, hizo su intento, pero no logró igualar la oferta económica de León.

¿Decisión económica o emocional?

Para muchos que soñaban con ver a James de regreso al fútbol colombiano después de 18 años, su elección podría parecer una traición, considerando la gran conexión emocional que siempre ha tenido con su país y con su gente. Sin embargo, para otros, la elección de James fue simplemente una cuestión de aprovechar una oferta superior, especialmente teniendo en cuenta que, a sus 33 años, el futbolista sabe que no tendrá muchas oportunidades de negociar contratos de tan alto nivel en el futuro.

Además, James no solo eligió un equipo que jugará el Mundial de Clubes a mediados de año en Estados Unidos, sino que también optó por «facturar más alto», algo comprensible en el contexto de su edad y el momento de su carrera.

En definitiva, la elección de James Rodríguez resalta cómo, en el fútbol profesional, las decisiones a veces están guiadas más por lo económico que por lo emocional o lo deportivo. Al final, el «negocio» es el que más pesa.

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