Tristeza, impotencia y zozobra embargan a dos familias en Valledupar, Cesar, luego del trágico desenlace de un viaje a Yopal, Casanare, que emprendieron dos hombres con la esperanza de adquirir maquinaria amarilla para impulsar su futuro.
Emiro Galvis Sanguino y Dionys José Sierra España fueron secuestrados durante su trayecto y, 11 días después, hallados sin vida en una vereda de Tame, Arauca. Sus captores exigieron un rescate de 100 millones de pesos antes de perpetrar los crímenes.
«Este crimen no solo es un ataque contra dos hombres inocentes; es un ataque contra nuestra sociedad, contra nuestros valores y contra la paz que tanto anhelamos. No podemos permitir que la impunidad prevalezca. Exijo al Ministro de Defensa y al Ministro del Interior que respondan ante esta situación. No podemos seguir enviando mensajes pasivos a quienes se dedican a hacer daño a ciudadanos de bien», expresó el congresista cesarense Didier Lobo Chinchilla, en plenaria del Senado de la República.
Los dos pertenecían a la Iglesia Pentecostal Unidad de Colombia, IPUC, y residían en Valledupar.
«En su búsqueda por mejorar sus condiciones de vida, decidieron comprar una máquina a través de internet. Sin embargo, fueron víctimas de un engaño que los llevó a trasladarse a Yopal, Casanare, bajo falsas promesas. Lo que debería haber sido una transacción comercial se convirtió en una pesadilla. Secuestrados y llevados a una vereda cercana a Tame, Arauca, sus familias se vieron obligadas a pagar más de 100 millones de pesos por su rescate», detalló Lobo Chinchilla.
La noticia ha generado rechazo en la comunidad, donde las víctimas eran conocidas por su humildad y esfuerzo.
«Este caso debe ser esclarecido; necesitamos saber quiénes son los responsables. Sabemos que existen números telefónicos reales utilizados para contactar a las familias y cuentas bancarias donde se depositó el dinero del rescate. La justicia debe prevalecer», exigió el congresista.
Los cadáveres fueron hallados en estado de descomposición y se espera que este miércoles les practiquen las necropsias, para luego ser trasladados a la capital del Cesar.